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Mayor Salud

sábado, 29 de mayo de 2010

Tratamiento para Enfermedad de Alzheimer


Tratamiento:
Infortunadamente, no existe cura para la enfermedad de Alzheimer.
Los objetivos del tratamiento son:
1) Disminuir el progreso de la enfermedad
2) Manejar los problemas de comportamiento, confusión y agitación
3) Modificar el ambiente del hogar
4) Apoyar a los miembros de la familia y otros cuidadores.
Los tratamientos más prometedores abarcan cambios en el estilo de vida, medicamentos y suplementos antioxidantes como ginkgo biloba y vitamina E.
CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA:
Las siguientes medidas pueden ayudar a las personas con enfermedad de Alzheimer:
Participar en un programa de caminatas supervisadas con un tutor u otra compañía confiable. Esto puede ayudar a mejorar las habilidades de comunicación y disminuir el riesgo de andar deambulando.
Utilizar la terapia de luz brillante para ayudar a reducir el insomnio y el deseo de deambular.
Escuchar música relajante que puede reducir los intentos por deambular y la inquietud, incrementar los químicos cerebrales, mitigar la ansiedad, aumentar el sueño y mejorar la conducta.
Conseguir un perro como mascota.
Practicar técnicas de relajación.
Recibir masajes regulares que son relajantes y suministran interacción social.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO:
Existen varios medicamentos disponibles para retardar el progreso de la enfermedad y, posiblemente, mejorar las capacidades mentales de la persona. La memantina actualmente es la única droga aprobada para el tratamiento de la enfermedad o mal de Alzheimer que va de moderada a severa.
Otros medicamentos abarcan: donepezil, rivastigmina y galantamina y tacrina. Estos medicamentos afectan el nivel de un neurotransmisor en el cerebro llamado acetilcolina y pueden también causar náuseas y vómitos. La tacrina también produce una elevación de las enzimas hepáticas y debe tomarse cuatro veces al día, pero actualmente casi no se utiliza.
Se pueden requerir otros medicamentos para controlar comportamientos agresivos, agitados o peligrosos, los cuales usualmente se administran en dosis muy bajas.
Puede ser necesario suspender medicamentos que empeoran la confusión, como analgésicos, cimetidina, depresores del sistema nervioso, antihistamínicos, pastillas para dormir y otros. Sin embargo, los medicamentos nunca se deben cambiar o suspender sin hablar con el médico.
SUPLEMENTOS:
El folato (vitamina B9) es esencial para la salud del sistema nervioso. Junto con algunas otras vitaminas B, el folato también es responsable de eliminar la homocisteína (un químico corporal que contribuye a la enfermedad crónica) de la sangre. En las personas con enfermedad de Alzheimer, se han encontrado altos niveles de homocisteína y bajos niveles tanto de folato como de vitamina B12 y, aunque el beneficio de tomar estas vitaminas B para la enfermedad de Alzheimer no está completamente claro, vale la pena considerarlo, particularmente si los niveles de homocisteína en el paciente están elevados.
Los suplementos antioxidantes, como ginkgo biloba y vitamina E, eliminan los radicales libres, productos del metabolismo altamente reactivos que pueden causar daño celular en todo el cuerpo.
La vitamina E se disuelve en la grasa, rápidamente entra en el cerebro y puede retardar el daño celular. En al menos un estudio bien diseñado de personas con enfermedad de Alzheimer, a quienes se les hizo un seguimiento durante 2 años, aquellas que tomaron suplementos de vitamina E tuvieron un mejoramiento en los síntomas comparadas con aquellas que tomaron pastillas placebo. Los pacientes que toman anticoagulantes, como warfarina (Coumadin), deben hablar con el médico antes de tomar vitamina E.
La ginkgo biloba es una hierba ampliamente utilizada en Europa para tratar la demencia, la cual mejora el flujo sanguíneo al cerebro y contiene flavonoides (sustancias de la planta) que actúan como antioxidantes. Aunque muchos de los estudios hasta la fecha han sido algo imperfectos, la idea de que el ginkgo pueda mejorar el pensamiento, el aprendizaje y la memoria en las personas con la enfermedad de Alzheimer ha sido prometedora. El ginkgo NO se debe utilizar si la persona toma medicamentos anticoagulantes como warfarina (Coumadin) o un tipo de antidepresivos llamados inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).
Si se está pensando en tomar cualquiera de estas sustancias, primero se le TIENE que comentar al médico; y es importante saber que las hierbas y suplementos disponibles sin prescripción médica NO están regulados por la FDA.
APOYO EN EL HOGAR:
La persona afectada con la enfermedad de Alzheimer necesita apoyo en el hogar a medida que la enfermedad empeora. Los familiares u otras personas encargadas del cuidado pueden ayudar comprendiendo cómo percibe su mundo la persona con esta enfermedad. Deben simplificarse los alrededores del paciente y se le deben proporcionar recordatorios frecuentes, notas, listas de tareas de rutina o instrucciones para las actividades diarias. A la persona con enfermedad de Alzheimer se le debe dar la posibilidad de hablar sobre sus desafíos y de participar en su propio cuidado.
OTRAS MEDIDAS PRÁCTICAS:
La persona con la enfermedad de Alzheimer debe hacerse revisar los ojos y los oídos y, de encontrarse problemas, se pueden necesitar audífonos, gafas y cirugía de cataratas.
Las personas con esta enfermedad pueden tener requerimientos particulares en la dieta, tales como:
Calorías adicionales debido al aumento de la actividad física por la inquietud y el hecho de deambular.
Comidas supervisadas y ayuda en el momento de alimentarse, ya que las personas con esta enfermedad a menudo olvidan comer y beber y, como resultado de esto, se deshidratan.
El Programa de Retorno Seguro (Safe Return Program), implementado por la Asociación para el Alzheimer (Alzheimer's Association), exige que una persona con enfermedad de Alzheimer lleve puesto un brazalete de identificación. En caso de que el paciente salga a deambular, la persona encargada de su cuidado puede ponerse en contacto con la policía y con la oficina nacional del programa Safe Return, donde se almacena la información acerca de la persona y se comparte en toda la nación.
Con el tiempo, puede que el monitoreo y la asistencia durante las 24 horas del día sean necesarios para brindar un ambiente seguro, controlar las conductas agresivas o agitadas y satisfacer las necesidades fisiológicas. Esto puede incluir cuidado en el hogar, ancianatos y guarderías para adultos.
Grupos de apoyo:
Ver grupos de apoyo para la enfermedad de Alzheimer con el fin de encontrar recursos e información adicional para personas con enfermedad de Alzheimer y para las personas que cuidan de ellos.
Expectativas (pronóstico):
El pronóstico probable es desalentador. El trastorno normalmente progresa en forma permanente y es común que se presente incapacidad total. La muerte normalmente sucede en un lapso de 15 años, por lo general, a causa de una infección o una insuficiencia de otros sistemas corporales.
Complicaciones:
Pérdida de la capacidad para desempeñarse o cuidar de sí mismo
Úlceras de decúbito, contracturas musculares (pérdida de la capacidad para mover articulaciones debido a la pérdida de la función muscular), infección (particularmente infecciones urinarias y neumonía) y otras complicaciones relacionadas con la inmovilidad durante las etapas finales de la enfermedad
Caídas y fracturas
Pérdida de la capacidad para interactuar
Desnutrición y deshidratación
Insuficiencia en los sistemas corporales
Disminución del período de vida
Comportamiento dañino o violento hacia sí mismo o hacia los otros
Maltrato por parte de un cuidador demasiado estresado
Efectos secundarios de los medicamentos
Situaciones que requieren asistencia médica:
La persona debe consultar con el médico si alguien cercano experimenta síntomas de demencia senil tipo Alzheimer.
Asimismo, se debe consultar si una persona con este trastorno experimenta un repentino cambio en su estado mental (un cambio rápido puede indicar otra enfermedad).
En caso de estar cuidando a una persona con este trastorno y el trastorno y su condición se deterioran a tal punto que ya no se la puede cuidar en casa, se debe hablar sobre la situación con el médico.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Demencia.... ¿Una o mas de una?

El otro día mientras esperaba para pagar en la farmacia de mi barrio, entró una señora de mediana edad y pidió un paquete de pañales, añadiendo que eran para su madre que tenía demencia. Llevado por la curiosidad profesional no pude resistirme a preguntarle: ¿qué tiene?, ¿enfermedad de Alzheimer? A lo que la señora me contestó, entre molesta y aliviada: ¡No por Dios! ¡Tiene demencia senil! Esta anécdota es ilustrativa del tema que vamos a exponer. El término demencia senil ha sido utilizado hasta hace pocos años - aunque como vemos todavía sigue utilizándose - para referirse a lo que actualmente se consideran diferentes tipos de demencias causadas por enfermedades neurodegenerativas. Entendemos por enfermedad neurodegenerativa aquella enfermedad que ocasiona la muerte de las células del sistema nervioso central, las llamadas neuronas o células grises. La gran mayoría de estas células no tienen la capacidad de regenerarse por lo que una vez que se pierden, probablemente se pierdan para siempre. Esta es una de las grandes diferencias con el resto de las células que forman parte de las diferentes estructuras de nuestro organismo, que si poseen esa capacidad de regeneración.

Su nombre es demencia, pero ¿cuáles son sus apellidos?

Cuando hablamos de demencia es importante tener presente la existencia de dos tipos principales. En primer lugar estarían aquellas demencias consideradas neurodegenerativas que producen la destrucción y muerte progresiva de las neuronas; un ejemplo de esta clase sería la demencia tipo Alzheimer. En segundo lugar, tendríamos las demencias no degenerativas en las que no se produce esa degeneración progresiva, es decir, se puede producir una pérdida de neuronas, más o menos grave, pero esta pérdida no es progresiva, sino que puede detenerse en un momento determinado. Un ejemplo sería la demencia tóxica. De este modo, un individuo que consuma grandes cantidades de alcohol, puede desarrollar una demencia debido a la pérdida de un número más o menos importante de neuronas; a pesar de ello, esta pérdida no tiene por qué continuar si el sujeto deja de consumir alcohol. Debido al gran número de demencias que existen (la OMS-Organización Mundial de la Salud- en su CIE-10-10ª revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades- identifica más de 20 tipos) este artículo se centrará en las que se consideran más importantes, ya sea por su importancia epidemiológica o por su actualidad.

De este modo tendríamos:
Demencia tipo Alzheimer.

Demencia con cuerpos de Lewy.
Demencia vascular.
Demencia debida a traumatismo craneal.
Demencia debida a la enfermedad de Parkinson.
Demencia debida a la enfermedad de Huntington.
Demencia debida a la enfermedad de Pick.
Demencia asociada al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
Demencia debida a la enfermedad de Creutzfeld-Jacob (de gran actualidad por el conocido asunto de las "vacas locas")
Demencias tóxicas.

¿Y sus características?
La enfermedad de Alzheimer. Esta enfermedad es considerada como la principal causa de demencia en la actualidad. Casi podría afirmarse que esta demencia es el paradigma o prototipo de la "Demencia", un ejemplo de esto es que cuando nos hablan de este tipo de enfermedades es el primer nombre que nos viene a la mente. Se calcula que en nuestro país la sufren de 200 a 400.000 personas por lo que la mayoría de nosotros conocemos casos de gente que padece esta enfermedad. Se estima que afecta del 2 al 4% de la población mayor de 65 años pero estas cifras aumentan con la edad, en especial entre los mayores de 75 años. Suele ser más frecuente en mujeres que en hombres; asimismo suele ser más frecuente en los enfermos con síndrome de Down y entre quienes hayan padecido un traumatismo craneal. También se sabe que existe un componente ligado a la herencia ya que los sujetos con familiares de primer grado enfermos de Alzheimer, tienen más probabilidades de padecer esta demencia, aunque esto no quiere decir que se herede necesariamente.

La demencia con cuerpos de Lewy, es un tipo de demencia de muy reciente aparición; a pesar de ello, cada vez va tomando mayor importancia con respecto al número de pacientes que la padecen. Se piensa que podría ser la segunda en importancia situándose por detrás de la tipo Alzheimer y probablemente por encima de la demencia vascular.
Con respecto a sus características más importantes hay que decir que existen una serie de signos que pueden ser indicadores de padecer una demencia de este tipo, como: 1) Fluctuación cognitiva, con grandes variaciones en los niveles de alerta y atención. Esto significa que los enfermos pueden pasar de estar muy bien por la mañana a estar muy mal por la noche. 2) Presencia de alucinaciones. 3) Rasgos motores iguales a los que aparecen en la enfermedad de Parkinson. Asimismo puede ser indicativo el que el sujeto sufra caídas repetidas, la presencia de pérdidas de conciencia (los llamados síncopes) y que tenga una gran sensibilidad a un tipo de medicación que se le puede haber recetado para paliar las alucinaciones: los llamados neurolépticos. Esta especial sensibilidad significa que el sujeto puede desarrollar parkinsonismo al tomar este tipo de fármacos, aun cuando antes de su administración no hubiera mostrado tales signos.

La demencia vascular se situaría entre el segundo y tercer lugar, dependiendo de los estudios, en cuanto al número de pacientes afectados. Este tipo de demencia es causado por un accidente cerebrovascular que ocasiona que una parte del cerebro deje de recibir aporte sanguíneo lo que ocasionaría la muerte de las neuronas de la zona afectada. Una diferencia con la demencia de Alzheimer es que su inicio suele ser más precoz, además, suele ser más frecuente en varones que en mujeres.
Su inicio suele ser brusco y el curso fluctuante caracterizándose por cambios rápidos en la actividad del paciente. Otra de sus características es que es frecuente que afecte solamente a algunas funciones cognitivas dejando otras relativamente intactas. Esta demencia es una de las pocas susceptibles de prevención, ya que un tratamiento precoz de la hipertensión y de la enfermedad vascular puede hacer que se reduzcan las probabilidades de padecerla en un futuro.

La demencia debida a traumatismo craneal suele ser producida por un fuerte golpe en la cabeza lo que puede originar muerte celular directa, debido al traumatismo o heridas asociadas y/u obstrucción de los vasos sanguíneos, lo que ocasionará falta de riego y muerte celular indirecta. Podríamos afirmar que este tipo de demencia también es susceptible de ser prevenido ya que la mayoría de los sujetos que la padecen es a consecuencia de sufrir accidentes de tráfico. Por este motivo suele ser más común entre los jóvenes, en especial entre aquellos que practican deportes de riesgo.

Demencia debida a enfermedad de Parkinson. La enfermedad de Parkinson puede estar asociada (aunque no tiene por qué estarlo) a demencia. Suelen padecerla entre un 20 y un 60% de quienes sufren la enfermedad de Parkinson. El inicio tardío de la enfermedad de Parkinson (por encima de los 70 años) va asociado con una mayor riesgo de padecer demencia. La presencia de ilusiones y alucinaciones ya sean espontáneas o tras la administración de fármacos dopaminérgicos (utilizados en la enfermedad de Parkinson) pueden ser un signo de alarma que podría indicar la presencia futura de un deterioro cognitivo.

La demencia debida a enfermedad de Huntington es un tipo de demencia que es transmitida de forma hereditaria, es decir, los hijos de padres que en su día la padecieron tienen un 50 % de probabilidades de llegar a padecerla. Suele asociarse a movimientos coreicos, es decir, a fuertes temblores de las extremidades y músculos de la cara. Es de destacar que actualmente se dispone de una prueba médica que puede determinar con una certeza relativa el grado de riesgo de desarrollar esta enfermedad. Con frecuencia suele aparecer entre los 30 y los 40 años de edad pero puede empezar a edades tan dispares como los 4 años o los 85. Suelen ser característicos de esta demencia los cambios del comportamiento y de la personalidad (aparición de depresión, ansiedad e irritabilidad). En algunos casos comienza con anomalías del movimiento que pueden confundirse con un nerviosismo persistente. A veces hay síntomas psicóticos y el lenguaje se presenta desorganizado.

Demencia debida a enfermedad de Pick. La enfermedad de Pick es una enfermedad neurodegenerativa que suele afectar a los lóbulos frontales y temporales. Suelen producirse importantes cambios en la personalidad de quien la sufre como por ejemplo, deterioro en las habilidades sociales, embotamiento emocional, desinhibición comportamental y anomalías del lenguaje. Suele aparecer entre los 50 y 60 años, aunque también puede hacerlo en sujetos de mayor edad.

Demencia asociada al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Suele ser causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (el popularmente conocido como virus del SIDA). Esta demencia estaría asociada con una proporción de entre un 6 a un 30% de los adultos que padecen SIDA, teniendo los individuos más enfermos mayores probabilidades de desarrollar demencia. El aspecto más importante de esta demencia es un deterioro lento progresivo, asimismo es interesante resaltar que los niños pueden llegar a padecerla.

Demencia debida a enfermedad de Creutzfeld-Jacob. Forma parte de una familia de demencias conocidas como "demencias por priones" el agente transmisor de esta enfermedad es una proteína que se sintetiza normalmente en el cerebro conocida como "prión" o PrP la cuál, sufriría mutaciones que la transformarían en patógena. Esta enfermedad tiene la particularidad de poder ser transmitida tanto entre individuos de la misma especie como entre individuos de diferentes especies; se sabe que en un 15% de los casos se presenta de forma hereditaria. Suele llevar asociados movimientos involuntarios de las extremidades, además puede presentarse a cualquier edad pero es más frecuente ente los 40 y 60 años. Esta demencia suele progresar con rapidez aunque a veces tarda años en evolucionar. Su incidencia es de 1-2 casos por millón de habitantes. Como curiosidad hay que decir que la enfermedad que ocasiona esta demencia es la conocida como "enfermedad de las vacas locas".

Demencia tóxica. Las sustancias que más asociadas suelen estar con la aparición de demencia son el alcohol, los inhalantes, los hipnóticos y los ansiolíticos. También habría algunas sustancias tóxicas como el plomo, el mercurio, el monóxido de carbono, los insecticidas y los disolventes industriales, así como ciertos medicamentos como por ejemplo, los anticonvulsionantes. Dentro de este apartado hay que comentar el problema de las llamadas "drogas de diseño", como el famoso éxtasis, y su consumo por los jóvenes.
El hecho de que sean los propios traficantes los que fabrican las sustancias, unido a que continuamente se estén descubriendo nuevas variedades de estas drogas hace que no pueda conocerse con exactitud cuál es su composición, así como qué efectos tendrán en sus consumidores habituales. Una cosa que si parece estar clara es que estas nuevas sustancias se cobrarán un tributo en lo que a trastornos mentales se refiere.

Para concluir, unas pocas cifras...

Como hemos podido observar en esta pequeña exposición, no todas las demencias son "seniles" ni todas ellas son de tipo Alzheimer. Para finalizar, y a modo de resumen, podríamos decir que, teniendo en cuenta el número de pacientes que las padecen, existirían tres principales tipos de demencia. En primer lugar se situaría la demencia tipo Alzheimer que representaría aproximadamente un 50 % de los casos totales. Situadas entre el segundo y tercer lugar - dependiendo de los estudios - estarían la demencia con cuerpos de Lewy (entre un 12 y un 36% de los casos) y la demencia vascular (entre un 20 y un 30% de los casos). El resto de demencias serían padecidas por un pequeño porcentaje de la población.


domingo, 25 de abril de 2010

BURN-OUT O SÍNDROME DEL CUIDADOR QUEMADO.

Este síndrome fue primeramente descrito en Estados Unidos en 1974. Consiste en un profundo desgaste emocional y físico que experimenta la persona que convive y cuida a un enfermo crónico incurable tal como el enfermo de Alzheimer. El cuidador que puede sufrirlo es aquel que llega a dedicarle casi todo su tiempo (incluso dejando de trabajar para cuidarle), generalmente en solitario (aunque haya otros familiares que suelen "lavarse las manos" y mantenerse en la periferia), durante ya muchos años y con estrategias pasivas e inadecuadas de resolución de problemas.

Se considera producido por el estrés continuado de tipo crónico (no el de tipo agudo de una situación puntual) en un batallar diario contra la enfermedad con tareas monótonas y repetitivas, con sensación de falta de control sobre el resultado final de esta labor, y que puede agotar las reservas psicofísicas del cuidador.

Incluye desarrollar actitudes y sentimientos negativos hacia los enfermos a los que se cuida, desmotivación, depresiòn-angustia, trastornos psicosomáticos, fatiga y agotamiento no ligado al esfuerzo, irritabilidad, despersonalización y deshumanización, comportamientos esterotipados con ineficiencia en resolver los problemas reales, agobio continuado con sentimientos de ser desbordado por la situación.

CUIDAR AL CUIDADOR.

Se pueden hacer una serie de propuestas útiles a la hora de desarrollar programas institucionales para “cuidar al cuidador” con el objetivo que su calidad de vida no se deteriore en demasía según el modelo integral bio-psico-social:

  1. El primer paso de todo programa de ayuda consiste en que el cuidador del paciente de Alzheimer reconozca que necesita ayuda, y que ello no le distraerá de su labor de cuidar sino que le hará más eficaz. En todo caso el disimulo de lo que le puede estar ocurriendo a sí mismo no mejorará la situación personal.
  2. Aceptar que estas reacciones de agotamiento son frecuentes e incluso y previsibles en un cuidador. Son reacciones normales ante una situación “límite”, pero que necesitan apoyo.
  3. No olvidarse de sí mismo, poniéndose siempre en segundo lugar. El "autosacrificio total" no tiene sentido.
  4. Pedir ayuda personal al detectar estos signos, no ocultarlos por miedo a asumir que "se está al límite de sus fuerzas" ni tampoco por culpa de no ser un super-cuidador.
  5. No temer acudir a un profesional (psiquiatra o psicólogo) y a grupos de auto-ayuda (GAMA) de asociaciones de afectados por la enfermedad de Alzheimer que resultan ser muy eficaces.
  6. Aprender técnicas de relajación psicofísica (Jacobson, Schultz), visualización distractiva, Yoga, etc.
  7. Solicitar información y formación adecuada sobre aspectos médicos de la enfermedad (evolución futura, previsión de complicaciones, medicación) y conocimientos prácticos para enfrentar los problemas derivados tales como nutrición, higiene, adaptación del hogar, movilizaciones del paciente, etc. Todo ello incrementa el sentimiento de control y de eficacia personal.
  8. Marcarse objetivos reales, a corto plazo y factibles en las tareas del cuidar. No mantener expectativas irreales ("El enfermo no va a empeorar mas de lo que está"), ni tampoco ideas omnipotentes sobre uno ("Voy a solucionar todos los problemas yo sólo").
  9. Ser capaz de delegar tareas en otros familiares o personal contratado (sanitario o del hogar). No creerse imprescindible.
  10. Mantenerse automotivado a largo plazo, auto reforzarse en los éxitos, felicitándose a sí mismo por todo lo bueno que va haciendo.
  11. No fijarse sólo en las deficiencias y fallos que se tengan.
  12. Cuidar especialmente los propios descansos y la propia alimentación: parar 10 minutos cada dos horas, dormir las horas suficientes y mantener una dieta adecuada.
  13. Tomarse también cada día una hora para realizar los asuntos propios. Asimismo permitirse un merecido descanso diario o semanal, fuera del contacto directo con el enfermo.
  14. Si se puede, realizar ejercicio físico todos los días, ya que elimina toxinas corporales y despeja la mente.
  15. Evitar el aislamiento: obligarse a mantener el contacto con amigos y otros familiares. Salir de la casa con otras personas, no quedarse "enclaustrado". Los vínculos afectivos cálidos amortiguan el estrés.
  16. Saber poner límite a las demandas excesivas del paciente; hay que saber decir NO, sin sentirse culpable por ello.
  17. Expresar abiertamente a otros las frustraciones, temores o propios resentimientos, es un escape emocional siempre beneficioso.
  18. Planificar las actividades de la semana y del día. Establecer prioridades de tareas, diferenciando lo urgente de lo importante. Decidir qué cosas no va a poder realizarlas con bastante probabilidad. La falta de tiempo es una de las primeras causas de agobio.
  19. Promocionar la independencia del paciente. No debe realizar el cuidador lo que el enfermo pueda hacer por sí mismo, aunque lo haga lento o mal.
  20. Usar Centros de día, Residencias de respiro temporal, o Personal contratado de asistencia domiciliaria.


martes, 23 de marzo de 2010

Demencia: ¿Cuáles son las señas comunes?


¿Qué es la demencia?

La demencia es un problema en el cerebro que hace que a una persona se le dificulte recordar, aprender y comunicarse. Después de un tiempo esto hace que a la persona le sea difícil cuidarse por su propia cuenta.

La demencia también puede cambiar el temperamento y la personalidad de una persona. Al principio, la pérdida de la memoria y la dificultad para pensar con claridad puede molestar a la persona que tiene demencia. Luego, pueden comenzar trastornos del comportamiento y otros problemas. La persona con demencia puede no darse cuenta de estos problemas.

¿Qué causa la demencia?

La demencia es causada por la destrucción de las células cerebrales. Una lesión en la cabeza, derrame, tumor cerebral o un problema como la enfermedad de Alzheimer puede dañar las células cerebrales. Algunas personas tienen antecedentes familiares de demencia.

¿Cuáles son algunas señas comunes de demencia?

La demencia causa muchos problemas para la persona que la tiene y para la familia de la persona. Muchos de los problemas se deben a la pérdida de la memoria. Abajo están anotadas algunas señas comunes de demencia. No todo mundo que tiene demencia tendrá todas estas señas.
  • Pérdida reciente de la memoria. A todos nos sucede que se nos olvidan las cosas por un rato y luego nos acordamos de ellas. La gente con demencia con frecuencia se olvida de las cosas pero nunca las recuerda. Le puede hacer la misma pregunta una y otra vez, cada vez olvidando que ya le contestó esa pregunta. Ni siquiera recuerdan que ya le han hecho esa pregunta.
  • Dificultad para realizar tareas que les son familiares. Las personas con demencia pueden preparar una comida pero se les olvida servirla. Inclusive se les puede olvidar que la prepararon.
  • Problemas con el lenguaje. Las personas que tienen demencia pueden olvidar palabras simples o usar palabras equivocadas. Esto hace que sea difícil entender qué es lo que quieren.
  • Desorientación en cuanto a tiempo y espacio. Las personas que tienen demencia pueden perderse en la misma calle donde viven. Se les puede olvidar cómo llegaron a cierto lugar y cómo regresar a su casa.
  • Mal juicio. Inclusive una persona que no tiene demencia podría distraerse y olvidarse de cuidar con atención a un niño durante un tiempo corto. Pero las personas que tienen demencia podrían olvidarse del niño del todo y salir de la casa durante todo el día.
  • Problemas con el pensamiento abstracto. Cualquier persona puede tener dificultad para llevar un balance de su chequera, pero la gente con demencia puede olvidar para qué son los números y qué debe hacerse con ellos.
  • Poner las cosas fuera de sitio. Las personas con demencia pueden colocar las cosas en los lugares equivocados. Pueden poner una plancha en el congelador o el reloj de pulso dentro de la azucarera. Luego no pueden encontrar estas cosas.
  • Cambios de temperamento. Todo mundo es temperamental de vez en cuando, pero las personas con demencia pueden tener cambios bruscos de temperamento y pasar de estar calmados a estar llorando o a estar con rabia en cosa de minutos.
  • Cambios en la personalidad. Las personas que tienen demencia pueden tener cambios drásticos en su personalidad. Pueden ponerse irritables, sospechosos o asustarse.
  • Pérdida de la iniciativa. Las personas con demencia pueden volverse pasivas. Pueden no querer ir a otros lugares o ver a otras personas.

¿Qué sucede si tengo alguna de estas señas de demencia?

Hable con su médico. Su médico le puede hacer exámenes para determinar si las señas que usted tiene son por causa de demencia. Entre más rápido sepa, más rápido podrá hablar con su médico acerca de opciones de tratamiento.

¿Qué sucede si un miembro de familia tiene señas de demencia?

Si su miembro de familia tiene algunas señas de demencia, trate de hacer que él o ella vaya a ver al médico. Usted puede por cuenta propia hablar con el médico antes de que su pariente lo vaya a ver. Entonces, le puede contar al médico la manera como su pariente está actuando sin tener que avergonzar a su familiar.

jueves, 4 de marzo de 2010

Preguntas frecuentes sobre Demencia

Quisiera aclarar algunas dudas sobre las preguntas frecuentes que me hacen por medio del blog, mail y en el consultorio:

1)¿Como se hace el diagnóstico de demencia?
El diagnóstico de demencia es eminentemente clínico, es decir que el médico logra realizar el diagnóstico simplemente con la anamnesis (preguntas y respuestas del paciente, familiares o cuidadores acerca del comportamiento y síntomas) y el examen físico.
El geriatra posee además entrenamiento en test de memoria, depresión, etc que son sus instrumentos geriátricos, su "tecnología" para detectar y medir la demencia; para usarlos sólo basta hacer uso del tiempo que para algunos médicos es muy escaso.
En ciertas ocasiones (las menos) hay que solicitar estudios complementarios como laboratorios, tomografías, resonancias, spect, etc; pero puede ser sólo cerca del 5% de los pacientes.
Por lo tanto el estudio y tratamiento de las demencias NO ES COSTOSO, NO REQUIERE DE ALTA TECNOLOGIA y su diagnóstico mejora muchísimo la CALIDAD DE VIDA de los pacientes, evita INTERNACIONES GERIATRICAS precoces y mejora la INDEPENDENCIA y LUCIDEZ de nuestros mayores.

2) ¿Cual es la especialidad médica mas recomendable para el tratamiento de la demencia? La especialidad mas recomendable es la geriatría ya que el médico geriatra es eminentemente clínico con conocimientos sobre neurología y psiquiatría además del conocimiento del funcionamiento del organismo del anciano. Es decir que se comprimen 4 especialidades en una. Esto es importante para el manejo del paciente ya que muchas veces diferentes médicos indican diferentes tratamientos que muchas veces el paciente sigue paralelamente sin avisar a los respectivos profesionales y se producen desastres con la medicación.

3) ¿En cuanto tiempo comienzo a ver los cambios en los síntomas?
Cada paciente es un mundo, cada tratamiento debe ser individual y hecho "a medida", se piensa que en el mejor de los casos los cambios pueden observarse a la semana de comenzar el tratamiento con las drogas correctas y en el peor de los casos con múltiples consultas y corrección de medicación a los 2 meses.

4) ¿Cada cuanto tiempo se deben hacer los test cognitivos?
Se recomiendan en una etapa inicial una vez por mes, luego de encontrado el tratamiento ideal una vez cada 6 meses.

5) ¿Se puede prevenir la demencia?
Los test neurocognitivos suelen ser muy sensibles a los inicios de la demencia y detectarla antes de que los familiares noten los síntomas.
Es importante descubrirla desde temprano para poder retrasar sus síntomas lo mas lejos posible.

6) ¿Una vez detectada la demencia, cuanto tiempo puede vivir una persona hasta el deterioro total?
Se dice que en general desde que se detecta la demencia en los primeros test hasta la muerte pasan de 8 a 10 años. La función del geriatra es darle lucidez e independencia la mayor cantidad posible de esos años, dejando que la enfermedad avance sólo en los últimos 6 meses de vida, evitando sufrimientos innecesarios del paciente y de la familia.
Esto es importante ya que muchos pacientes y familiares padecen 5 o 6 años de demencia y alteraciones del comportamiento cuando podrían pasarlos mas lúcidos e independientes.

7) ¿El tratamiento de la demencia, mejora otros síntomas que no sean la memoria?
Claro! mejora la continencia urinaria y fecal, la marcha-deambulación, temblores, rigidez, la orientación, etc.

8) Si no tengo a un médico geriatra en mi ciudad o en mi cartilla de médicos; ¿A quien puedo recurrir?
En general se puede recurrir a los neurólogos y a los psiquiatras, aunque ambos tienen diferentes puntos de vista y conceptos sobre la demencia. El primero es mas orgánico, es decir que trata la patología de base dando medicación para favorecer la "conexión neuronal" mientras que el segundo suele tratar sólo los síntomas, es decir el comportamiento/conducta.

9) ¿Es necesario tener un seguimiento de la enfermedad?
Si, mensualmente hasta hallar la medicación correcta, luego cada 6 meses o ante cambios bruscos de la conducta.

10) ¿Como controlo si el tratamiento es efectivo o no?
Se nota en los cambios de la conducta y la memoria, el geriatra lo notará aun más con los test cognitivos ya que miden la demencia.

11) ¿Otras enfermedades asociadas pueden demenciar más a los pacientes?
Si, una neumonía, bronquitis, infección urinaria, sodio bajo en sangre (hiponatremia) etc. pueden hacer que el paciente esté mas demente que lo habitual y lo que se necesita es corrección de esa enfermedad sobreagregada y NO de la medicación para la demencia. Por eso es importante que ante una descompensación en cuanto al comportamiento se realicen estudios básicos de sangre y orina antes de cambiar la medicación para la demencia.

Ante cualquier consulta pueden hacerlo a nicolas_ghiano@hotmail.com o para saber mas pueden entrar a mi blog: http://demenciasenilenancianos.blogspot.com
Atte.
Dr. Nicolás Ghiano.
Médico Geriatra.

domingo, 21 de febrero de 2010

DEMENCIA POR CUERPOS DE LEWY

La enfermedad por cuerpos de Lewy o enfermedad por cuerpos de Lewy, es una enfermedad cerebral degenerativa, la segunda causa más frecuente de demencia entre los ancianos. Aunque sus síntomas son variables, las alucinaciones y las fluctuaciones cognitivas son las mas comunes.

A principios del 1900, mientras investigaba la enfermedad de Parkinson, el científico Friedrich H. Lewy descubrió unos depósitos anormales de preoteína que interrumpían el normal funcionamiento del cerebro. Estos cuerpos proteicos de Lewy se encuentran dentro de las neuronas (foto) y van produciendo su destrucción en forma gradual.
La pérdida neuronal se va asociando a un progresivo deterioro de la memoria, desorientación y mas tardíamente a síntomas parkinsonianos (rigidez, temblor, etc). Clínicamente la demencia por cuerpos de Lewy y la demencia por Párkinson en estadios avanzados son clínicamente iguales, no obstante la gran diferencia la hace el inicio de la enfermedad.
En la enfermedad por cuerpos de Lewy hay inicialmente deterioro de la memoria para luego comenzar con los síntomas parkinsonianos. En la demencia secundaria al Párkinson primero sobrevienen los síntomas motores arriba descriptos y luego la demencia.
Es importante diferenciar el tipo de demencia inicialmente ya que tienen diferente tratamiento pero ambas son tratables.

domingo, 14 de febrero de 2010

LA SOLEDAD AUMENTA EL RIESGO DE DEMENCIA.

La gente de mediana edad que tiene un defecto genético específico y que vive sola es la que más alto riesgo tiene de desarrollar demencia, afirma una nueva investigación.
Los que viven solos y tienen una variante genética determinada son quienes están más en riesgo.

El riesgo afecta a las personas que se separan o que quedan viudas después de una relación de muchos años antes de cumplir los 50 años, descubrió el estudio llevado a cabo en el Instituto Karolinska en Estocolmo.

Los científicos afirman que una variante del gen de la apolipoproteína e (APOE), es el factor de riesgo genético más importante para desarrollar Alzheimer.

Y este riesgo se incrementa cuando la gente de mediana edad vive sola.

Pero otros expertos afirman que hay muchas formas de reducir este riesgo de demencia.

Los de más riesgo:

A medida que la población mundial se envejece, la demencia y sus enfermedades asociadas, como Alzheimer, se están convirtiendo en un problema cada vez más grave.

En 2005 había cerca de 25 millones de personas en el mundo con demencia, pero los expertos calculan que esta cifra se incrementará a cerca de 81 millones para el año 2040.

La investigación del Instituto Karolinska, que aparece publicada en British Medical Journal (Revista Médica Británica) estudió a 2.000 hombres y mujeres en Finlanda cuando tenían unos 50 años y nuevamente 21 años después.

Los investigadores analizaron el estado civil de los participantes y llevaron a cabo pruebas genéticas para determinar si tenían la variante e4 del gen de la APOE.

Descubrieron que la gente que vivía sola tenía el doble de riesgo de demencia que los que vivían con una pareja.

Los viudos y viudas tenían tres veces más riesgo.

Pero los que tenía la variante e4 de la APOE que habían perdido a sus parejas y seguían viviendo solos, mostraron el mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, la forma más común de demencia.

Tener una vida socialmente activa es una forma de reducir el riesgo de demencia.

Tal como señala el doctor Krister Hakansson, los resultados del estudio son importantes para ayudar a prevenir la demencia y la discapacidad cognitiva.

Según el científico, sería muy útil buscar alguna forma de "ayuda compasiva" para las personas que han perdido a su pareja.

"Quizás vivir en una relación de pareja podría significar desafíos sociales y cognitivos que tienen un efecto protector contra la discapacidad cognitiva en la edad avanzada" dicen los autores.

Y agregan que el vínculo con la variante e4 de la APOE tendrá que ser confirmado en otros estudios, pero el presente hallazgo apoya lo que se ha encontrado en investigaciones previas.

Más estudios

Tal como señala en la misma publicación la doctora Catherine Helmer, de la Universidad Victor Seglen en Bordeaux, Francia, "una posibilidad es que la edad y las condiciones de la viudez sean factores cruciales.

"Quedar viudo en años más avanzados, como ha sido el caso de participantes en estudios previos, es quizás menos estresante, especialmente si la persona vuelve a tener una relación de pareja pronto. En este caso la viudez no sería un factor de riesgo.

"Sin embargo, la hipótesis de que la viudez tenga un efecto biológico dañino tiene que ser comprobada, igual que la posibilidad de que exista una vulnerabilidad genética que vincule a la viudez con la demencia" afirma la científica.

La doctora Helmer agrega, sin embargo, que el vínculo entre la variante e4 del gen de la APOE debe tratarse con "cautela" porque éste es un estudio epidemiológico que analizó la incidencia de la enfermedad en una población y por lo tanto necesita ser confirmado con otros estudios.

Por su parte, la doctora Susanne Sorensen, jefa de investigación de la organización británica Alzheimer´s Society, afirma que "heredar el gen de la APOE es sólo uno de los muchos factores que pueden afectar el riesgo general de una persona de desarrollar Alzheimer.

"La evidencia sugiere que seguir siendo socialmente activo durante los años avanzados puede reducir el riesgo de demencia de una persona y vivir con alguien es ciertamente una buena forma de hacerlo.

"Sin embargo, la gente soltera no debe preocuparse -agrega la experta- porque hay muchas otras formas de reducir su riesgo de demencia".

Entre éstas los expertos recomiendan comer una dieta balanceada y mediterránea, ejercitarse regularmente y revisarse regularmente los niveles de coleterol y la presión arterial.

jueves, 11 de febrero de 2010

Demencias y Enfermedad de Párkinson

A diferencia de los enfermos de Alzheimer, los enfermos de Párkinson, son conscientes de sus fallos de memoria.
La demencia es entre 5 y 6 veces más frecuente en pacientes con enfermedad de Parkinson. En concreto, está presente en un alto porcentaje de los mayores de 60 años diagnosticados.
La vinculación de demencia y enfermedad de Parkinson se debe a la presencia de una patología múltiple. “A veces es la propia patología que ocurre en el Parkinson, la acumulación de la alfasinucleina, una proteína que se concentra en las áreas motoras y que, en los casos con deterioro cognitivo, también se presenta en las áreas corticales. En otras ocasiones se acompaña de Alzheimer, problemas vasculares, etc.

La demencia ofrece diversas peculiaridades en los pacientes con enfermedad de Parkinson. Por un lado, el problema no se centra en registrar la información, sino en recordarla adecuadamente. Por eso se recomienda facilitar claves que ayuden al enfermo a obtener una referencia: “Son diferentes a los afectados con enfermedad de Alzheimer, ya que se dan cuenta de que la memoria les falla”.

Efectos secundarios de los tratamientos
En la enfermedad de Parkinson se ven afectados de manera más llamativa los aspectos frontales, lo que dificulta la realización de varias tareas simultáneas. Además, en estos pacientes son más frecuentes las alucinaciones visuales y, en general, aparecen antes que en otras enfermedades, “en parte debido al tratamiento que reciben”.
Por otra parte, el deterioro cognitivo se presenta de forma diferente en función de la edad del enfermo. “Mientras que los pacientes jóvenes muestran más temblor y la enfermedad es asimétrica (actúa más en un lado del cuerpo que en el otro), las personas mayores desarrollan problemas de la marcha o equilibrio, por lo que estos factores se asocian más al desarrollo de demencia”, según la Dra. Litvan.
En la actualidad, la investigación se encamina al estudio de los factores genéticos implicados y a encontrar tratamientos que detengan el curso de la enfermedad. “Si logramos evitar que las proteínas sigan agregándose en la células conseguiremos estabilizar la enfermedad y aplicar terapias que palien los síntomas”.

viernes, 29 de enero de 2010

La corrección sistemática a los mayores con deterioro cognitivo puede ser contraproducente.

Una nueva ‘técnica de validación’ pone de manifiesto que es más ventajoso “captar la desorientación de la persona mayor y redirigir la conversación, sin negar de forma tajante lo que expone”. - En las fases tempranas del deterioro cognitivo, el cuidador debe emplear frases claras y sencillas. Posteriormente, es importante hacer un uso inteligente del lenguaje corporal y emocional. - Para los estadios más avanzados de la enfermedad, conviene tocar a la persona mayor antes de hablarle y hacerlo enfrente de él y mirándole a los ojos. - Una mala comunicación puede ocasionar problemas de conducta.
Es importante que los cuidadores no profesionales se formen en los aspectos esenciales del deterioro cognitivo que sufre un gran porcentaje de las personas mayores. Además, ha subrayado la necesidad de que dichos cuidadores adquieran los conocimientos esenciales para afrontar con éxito, a través de técnicas y estrategias específicas, este problema en la relación paciente-cuidador, evitando problemas de conducta que pueden surgir por la incomunicación. De otro modo no sólo se va a mejorar la calidad de vida del mayor, sino que el propio cuidador va a manejar de un modo más satisfactorio el estrés diario al que se tiene que enfrentar, evitando así la aparición de problemas de salud, tales como el conocido como síndrome del cuidador.

Estrategias para una mejor comunicación:
En el deterioro cognitivo, la persona mayor va perdiendo la facultad para expresarse y recibir estímulos comunicativos. Por ello, es conveniente que el cuidador adapte su expresión comunicativa al estado en el que se encuentra el mayor.

“En las primeras fases todavía se mantiene la comunicación verbal. A medida que el deterioro cognitivo avanza y se hace más acusado, la comunicación verbal va desapareciendo y se hace necesaria la comunicación no verbal”. Así, en los primeros estadios del deterioro, “es aconsejable emplear palabras sencillas y frases cortas. También es importante tener en cuenta que no sólo hay que valorar el qué se dice, sino el cómo se dice, ya que la forma de decir las cosas influye notablemente tanto en la adecuada transmisión de los mensajes como en su aceptación por parte del receptor de los mismos”.
A medida que el deterioro cognitivo avanza, “el cuidador debe poner más cuidado en captar el lenguaje corporal y las emociones del mayor”, y, del mismo modo, hacer más hincapié en el “uso de este lenguaje corporal y emocional” cuando se comunique con el mayor, ya que, “va a permitir darse cuenta de cuál es el estado de ánimo del mayor”. “Además conviene transmitir mensajes objetivos”.
En las últimas fases de las demencias –en las que el deterioro cognitivo es muy severo -, “la desconexión es muy grande, pero, sin embargo, no hay ruptura”. En este punto de la relación cuidador-paciente, cobra especial relevancia la mirada y el contacto físico. “Es importante que el cuidador toque a la persona antes de iniciar la conversación, le hable de frente y le mire a los ojos mientras habla, ya que en estos estadios de la enfermedad, los mayores con deterioro cognitivo pierden gran parte de su visión periférica. De no hacerlo de este modo, es difícil que centren la atención en nosotros”.

Distinguir entre la enfermedad y la persona:
“El cuidador ha de distinguir en su relación entre la enfermedad y la persona, entendiendo que muchos de los comportamientos del mayor son fruto de la patología, no de su personalidad.
A partir de ahí, ha de saber qué técnicas y estrategias se pueden poner en marcha para que la comunicación y, por tanto, la relación entre el mayor dependiente y el cuidador, sea lo mejor posible en cada momento”.
El cuidador, cuando pasan estas cosas, “debería intentar no obrar según sus impulsos; debe observar el origen –ver la causa de ese problema-, reflexionar sobre ello y decidir cuál es el comportamiento más adecuado en cada caso”. De otro modo, estas situaciones conflictivas dan como resultado la existencia de un “estrés diario que condiciona los pensamientos, que, a su vez, condicionan en parte los sentimientos y, por ende, la conducta final que el cuidador expresa con el mayor con deterioro cognitivo”.

lunes, 25 de enero de 2010

Los ejercicios mentales podrían retrasar la demencia

Leer, escribir y otros ejercicios mentales posponen el declive de la memoria asociado a la demencia

Las actividades que mantienen el cerebro activo, tales como leer, escribir y jugar juegos de naipes, pueden retrasar el precipitoso declive de la memoria que define la demencia, sugiere un nuevo estudio.

La demencia es un declive en la capacidad mental, especialmente las funciones de la memoria y funcionamiento, que pueden ser causadas por enfermedades específicas tales como el Alzheimer y el Parkinson, así como los ataques y las infecciones al cerebro.

Mientras se sospecha que la genética juega un papel en la demencia, más y más estudios están mostrando que hay factores de estilo de vida que también podrían influenciar la severidad de los problemas.

El nuevo estudio, detallado en el número del 4 de agosto de la revista Neurology, involucró a 488 personas de edades de entre 75 y 85 que no habían tenido demencia al inicio del estudio. Se hizo un seguimiento de estas personas durante un promedio de cinco años; durante ese tiempo 101 de ellas desarrollaron demencia.

Al inicio del estudio, las personas informaron con qué frecuencia ellos participaban en seis actividades de esparcimiento que estimulaban el cerebro: leer, escribir, hacer crucigramas, jugar juegos de mesa o naipes, tener conversaciones grupales y tocar música.

Los investigadores observaron luego el punto en que la pérdida de memoria comenzó a acelerar rápidamente entre los participantes. Hallaron que por cada actividad adicional en la que una persona participaba, el inicio de la pérdida rápida de memoria se retrasaba aproximadamente 9 semanas.

"El punto de declive acelerado se retrasó 1.29 años para quienes participaban en 11 actividades semanales a comparación de las personas que participaban en solamente cuatro actividades semanales", dijo el autor del estudio, Charles B. Hall, del Instituto de Medicina Albert Einstein en Bronx, NY.

Los resultados se mantuvieron incluso cuando los investigadores tomaron como factor el nivel de educación de los participantes. A más alta educación menor ha sido la relación de ocurrencia de declive cognitivo en estudios previos (aunque algunos estudios han hallado una conexión opuesta).

Otros aspectos del estilo de vida de una persona han sido asociados con menores pérdidas de memoria por demencia, enfermedad de Alzheimer y declive cognitivo del envejecimiento normal.

martes, 19 de enero de 2010

¿Cuál es la relación entre la enfermedad de Alzheimer y los microsangrados cerebrales?

La enfermedad de Alzheimer (EA) es la primera causa de demencia en los ancianos. Su diagnóstico es principalmente clínico, aunque los marcadores más importantes son las hiperintensidades distribuidas en la sustancia blanca y la atrofia de los lóbulos temporales mediales que se observan en las resonancias magnéticas del sistema nervioso central, y los ovillos neurofibrilares y las placas de amiloide en las autopsias.

En estudios recientes se observó que los microsangrados en T2 (una técnica especial de resonancia) son más prevalentes en los pacientes con EA.

La gravedad de la demencia se definió mediante la prueba del minimental de Folstein (Mini Mental State Exam, MMSE) y la función cognitiva se evaluó con diversas pruebas neuropsicológicas. Además, se realizaron estudios de imágenes a todos los participantes para determinar la atrofia cerebral y sangrados y se midió la concentración de distintos bio-marcadores (como el amiloide beta) en el líquido cefalorraquídeo (líquido que nutre el cerebro).

Como resultado, los investigadores observaron que los pacientes con microsangrados obtuvieron peores resultados en las pruebas (17 puntos de promedio en la prueba del minimental de Folstein, comparados con 22 puntos obtenidos por los participantes sin microsangrados). Además, aquellos con microsangrados tenían menores concentraciones de amiloide beta (proteína típica producida en la enfermedad de Alzheimer).

Los autores concluyen que los microsangrados se asociarían a manifestaciones clínicas y bioquímicas de la EA más significativas, lo que sugiere que tendrían un papel en la generación de la enfermedad.

martes, 12 de enero de 2010

La leptina y su relación con el Alzheimer

Según se indican en un estudio reciente investigadores estadounidenses concluyen que la personas con mayores niveles de una hormona supresora del apetito, conocida como leptina y producida por las células grasas, serían menos propensas que otras, evaluadas dentro de dicho estudio y con menores niveles de la hormona, a desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

El grupo halló que una persona que comenzaba con los menores niveles de leptina tenía un 25% de riesgo de desarrollar Alzheimer, mientras que quienes iniciaban con las mayores cantidades de leptina tenían sólo un 6% de riesgo de padecer cualquier forma de demencia. Igualmente, entre aquellos que se realizaron controles cerebrales, las personas con mayor cantidad de leptina tenían mayor volumen cerebral en el hipocampo -un centro clave de la memoria- comparado con las personas que empezaban con niveles de la hormona más bajos.
Está en estudio el desarrollo de un tónico natural con leptina que pueda prevenir o retrasar los efectos de la demencia senil.

jueves, 7 de enero de 2010

El espesor de las arterias del cuello predeciría el deterioro cognitivo en los pacientes sin enfermedad vascular

La enfermedad vascular es un factor de riesgo comprobado para el desarrollo de deterioro cognitivo, pero la relación entre este último y la salud vascular no es tan clara. Existen parámetros que indican el grado de salud vascular en los pacientes asintomáticos que potencialmente constituyen una oportunidad para la detección precoz de la patología, entre ellos la medición ecográfica del espesor íntima-media en la arteria carótida común.

Este índice de enfermedad es útil para establecer el riesgo de episodios coronarios y accidente cerebrovascular. Por ello, se evaluó su correlación con el deterioro cognitivo y la demencia.
Los autores observaron que los individuos con mayor espesor carotídeo presentaban una declinación más acelerada de su rendimiento con el transcurso del tiempo, tanto en pruebas de memoria verbal y no verbal, como en pruebas de asociación semántica y funciones ejecutivas.

Como conclusión, el espesor carotídeo es un parámetro ecográfico que predeciría el deterioro cognitivo, especialmente en lo relacionado a la memoria, en personas sin patología vascular clínicamente manifiesta. Lo que ayudará a tratar precozmente las demencias.

lunes, 4 de enero de 2010

Repercusiones de la enfermedad de Alzheimer en el cuidador

La enfermedad de Alzheimer supone una preocupación para los administradores de la salud pública y para los cuidadores informales de los pacientes afectados. La realidad social de crecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida actual está extendiendo esta preocupación a la sociedad en general.

En nuestro contexto entre el 70 y el 80 % de los enfermos son atendidos por sus familiares. Esta asunción de responsabilidad implica un aumento del desgaste físico, una gran presión emocional y psicológica y de incremento del costo económico, que producen sobrecarga al cuidador y disminuyen su calidad de vida.

Las características de la enfermedad de deterioro cognitivo progresivo e irreversible, la discapacidad funcional que se deriva y la aparición de trastornos psicopatológicos son factores influyentes en la sobrecarga. También lo son la edad, el sexo, la escolaridad o la raza/etnia del cuidador, así como el tipo de relación previa establecida.

Los programas de intervención dirigidos directamente al cuidador pueden prevenir y/o reducir la sobrecarga manteniendo la calidad de vida del cuidador y del paciente. En esta revisión se analizan los factores influyentes en la sobrecarga y las repercusiones para el cuidador, y se describe la aplicación de las estrategias de reducción, su efecto y las posibilidades de mejora.

domingo, 3 de enero de 2010

Los antipsicóticos en demencia exigen un balance riesgo-beneficio


El uso de antipsicóticos en pacientes con demencia para tratar síntomas conductuales y neuropsiquiátricos debería restringirse a situaciones agudas y graves, según un informe del centro andaluz de documentación e información de medicamentos (Cadime), que denuncia que su utilización en estas indicaciones está muy extendida a pesar de "las escasas evidencias disponibles sobre su eficacia y la controversia existente en los últimos años sobre su seguridad"

Expertos consultados coinciden en que el abordaje de estos trastornos exige un balance beneficio-riesgo, dado los peligros potenciales de estos fármacos, pero advierten de que con frecuencia son la única opción para los pacientes y sus familiares.

La frecuencia de síntomas no cognitivos en demencia es muy alta. Hasta un 90 por ciento de los afectados de Alzheimer sufriría al menos un trastorno conductual, y hasta un 70 muestra agitación e irritabilidad en el primer año de diagnóstico. El artículo, publicado en el Boletín Terapéutico Andaluz, señala que si los síntomas son de carácter leve a moderado, se debería considerar en primera instancia aplicar tratamientos no farmacológicos u otras terapias. "No se suelen utilizar como norma", replica la jefa de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario San Juan, de Alicante, María Angustias Oliveras. Son la alternativa "cuando se han agotado otros medios" y a "dosis bajas o muy bajas, con un control estricto de resultados". Sólo están indicados en el tratamiento de los síntomas psicóticos, en los cuadros de agresividad y agitación, puntualiza el director médico la Clínica Padre Menni de Pamplona, Manuel Martín.

En su utilización, "el problema de seguridad constituye un elemento importante en la elección del antipsicótico", defiende Manuel A. Franco, jefe de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Zamora. Los expertos destacan que su manejo en estos pacientes es complicado y exige un enfoque integral. Asimismo, apunta Martín, "cualquier clínico que trate con estos pacientes sabe que tienen un papel en el tratamiento de los síntomas neuropsiquiátricos y que probablemente, antes o después, tendrá que recurrir a ellos".


Una extensión "justificada"
Todos creen que su uso está extendido, porque "su eficacia y tolerabilidad, con los de segunda generación, están justificadas", afirma Luis San Molina, del Ciber de salud mental (Cibersam). sin embargo, Antonio Lobo, también del Cibersam y catedrático de la Universidad Zaragoza, advierte de que a raíz de estas advertencias "su utilización es considerablemente más cuidadosa".

La aparición de los atípicos supuso un importante avance en la reducción de los efectos adversos como el parkinsonismo pero se asociaron a un riesgo cardio y cerebrovascular y una mayor mortalidad. "Hasta el punto que se nos dijo que teníamos que volver a los de primera generación", resalta el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Pedro Gil.

Pero, cuando se han estudiado, los riesgos se han hecho extensivos a éstos. Como consecuencia de los problemas de seguridad, se paralizaron los ensayos con atípicos para su registro en pacientes añosos con demencia y sólo risperidona cuenta con esta indicación aprobada, recuerda Luis Agüera, responsable de la Unidad de Investigación Proyecto Alzheimer de la Fundación Reina Sofía. Aunque, en la práctica, se usan también otros tanto de primera (como el haloperidol) como de segunda generación.El artículo del Cadime pone en entredicho su extensión dado que las evidencias disponibles de ensayos y estudios comparativos serían insuficientes. "Tal como se plantea aquí, es algo razonable y que responde a la realidad", destaca Franco.

"No ha habido suficiente investigación reglada en este sentido", coincide Agüera. "Sin embargo, su aplicación en la práctica clínica durante más de 50 años ha demostrado que su eficacia es real". Este debate es indicativo, para muchos, de la falta de investigación en geriatría. La mayoría entiende que el quid está en la cuestión económica. Para Gil y Martín, la exigencia de visado para su prescripción en mayores de 75 años es "discriminatoria" y una forma de "estigmatización".